Recordemos que la búsqueda de una vivienda es una maratón y no una carrera de velocidad. Nos sentiremos abrumados y desesperados, por todas las emociones que viviremos, antes de tomar la decisión.

Para evitarnos, tener que contar nuestra historia de terror al momento de comprar vivienda, debemos asegurarnos de encontrar la mejor vivienda al mejor precio. Para ellos seguiremos estos consejos.


Con nuestra felicidad está en juego, debemos tomar una decisión bien informada. Por lo que, debemos describir con precisión lo que debe tener esa propiedad antes de comenzar a recorrer el mercado.

Nuestro agente inmobiliario, es quien realmente nos puede guiar a definir esta lista, pues nos contestara todas las preguntas que se nos ocurran. Le pediremos claridad a las dudas que nos surgen después de investigar nosotros mismos.

Todo este debe quedar en una plantilla, el cual contiene las características esenciales para tomar una decisión, como; precio, área, distribución, barrio, servicios del hogar, mantenimiento, recorridos, transporte y accesos.


No debemos buscar viviendas fuera de nuestro rango de presupuesto. Por más negociadores que seamos, esa vivienda fuera de nuestro alcance, así se quedara.

Para conocer nuestro precio debemos utilizar la regla del 50/30/20. El primero son nuestros gastos, el 30% en pagar nuestros deseos y el 20% para ahorro. De esta forma creamos un presupuesto que nos permite estimar cuanto podemos pagar de financiación, por lo general es el 30% de nuestros ingresos. De este dato partimos para definir el precio de venta máximo que podemos pagar.


Debemos pensar en lo que realmente podemos adquirir y no la vivienda de nuestra mente “UNICORNIO”, que ajustado a nuestro precio. Debemos tener claro como La lista de la vivienda se ajusta a lo máximo de valor con nuestro estilo de vida.

Al visitar viviendas, debemos proyectarnos en los espacios, determinando si debemos realizar adecuaciones inmediatas, a mediano y largo plazo. También, si estas remodelaciones, las podemos realizar nosotros mismos o necesitamos de un especialista para ello. En ambos casos, nos lleva a desembolsar dinero y a crear nuevos presupuestos.

Esta visualización nos permite una excelente negociación del precio. Conocemos nuestro precio, así que debemos no pagar por encima de este, teniendo así, recursos para realizar las adecuaciones.


Siempre debemos ver nuestra comprar como una inversión. Lo que no se mide no se puede calificar y menos decidir. Por ello, debemos determinar cuáles son las métricas que utilizar, donde nos permitirán evaluar las distintas opciones que visitamos en el mercado.

Podemos determinar de esta forma cual es la mejor inversión. Con este resultado, podemos pasar a evaluar los aspectos intangibles, los cuales complementan nuestro desarrollo de vida.


La ubicación puede tener un gran impacto en lo que pagaremos de impuestos y otros gastos referentes al mantenimiento de la propiedad. No se debe solo considerar el mantenimiento físico, los impuestos, valorizaciones y pagos de servicios, nos generan el costo de vida.

Por lo que debemos investigar lo que probablemente tengamos que cancelar mensual y provisionar para el futuro. Si no los tenemos presentes al momento de tomar la decisión, pueden aumentar nuestra factura mensual afectando nuestro estilo de vida.