Muchas veces creemos que la propiedad es nuestra al firmar la promesa de compraventa. Por este motivo, debemos asegurarnos de no cometer errores comunes que nos pueden romper la negociación, costándonos mucho.



Aceptaron la oferta que presentamos ¡Ajúa! Terminamos, conseguimos la vivienda que deseábamos, no más recorridos. Es una excelente noticia. ¡Pero! Comienza el papeleo.

Debemos tener cuidado con los términos y condiciones que se van a plasmar en el contrato de promesa, por que de incumplir alguno de ellos, podemos no tener la vivienda de nuestros sueños.

 


No podemos confiar en los tiempos de terceros, para comprometernos en los negocios inmobiliarios, llevándonos a no cumplir lo estimado, entrando en conflictos que nos pueden salir costosos.

Por ese motivo antes de firmar algún contrato de compra, debemos tener claro, donde se encuentra nuestro cierre financiero, el tiempo de estimación de estudios y desembolsos.



Antes de autorizar la firma de la escritura, la entidad que nos financia vuelve a revisar nuestro historial crediticio, verificando que aun mantenemos las condiciones cuando nos autorizaron nuestro crédito.

Así que, por el periodo de la compra de vivienda, mantengamos nuestras condiciones iniciales de crédito. Para no tener que desistir de la negociación por no contar con el cierre financiero.

Si nos vuelven a evaluar, tomara tiempo, reducción de presupuesto. Es como volver a comenzar todo el proceso, pero con menos recursos, al desistir, tuvimos que cancelar algunas multas.


Esto no quiere decir que debemos tener dinero debajo del ¡cochón! El significado del efectivo es, el dinero que no tenemos, pero lo volvemos liquido de manera rápida.

Este ingreso puede ser, comisiones, bonificaciones, si las hay en el empleo, las regalías o ganancias obtenidas por cuenta propia. Esto nos pueden sostener en el futuro, si cambia nuestra situación actual.

Al contar con este efectivo, tenemos las famosas reservar, dinero que muchas veces los economistas mal llaman ¡Ahorro!


Cuando comenzamos a investigar el mercado inmobiliario, sobre los problemas que más presentan los compradores es, la cuota inicial, a lo que nosotros mismo nos preguntamos, ¿Cómo armó la cuota inicial?

Pensamos que se dinero mágicamente se materializa en todo lo que nos ofrecen, El Gobierno, los constructores y nuestro trabajo.

Pensamos que si este es el primer paso y no sabemos de donde tendremos ese dinero, no avanzamos.

La verdad, la cuota inicial no es un milagro. Si comprendemos la forma de financiamiento, nuestro presupuesto de compra, se nos muestra el valor de la cuota inicial que necesitaremos.

Este resultado es menor al que se acostumbra en el mercado, además que, lo tendremos más rápido de lo que pensamos.