Muchas veces nos desanimamos cuando escuchamos de otros las reglas de comprar vivienda. Si de verdad deseamos este año comprar vivienda, debemos ignorar los siguientes paradigmas.

Así logramos seleccionar la mejor opción y sentirnos felices por encontrar la vivienda que se ajusta a nosotros.

Cuando comentamos en nuestro círculo cercano la decisión de comprar vivienda, conoceremos las anécdotas de todos los parientes que compraron vivienda y cual fue su experiencia.

Siempre resaltando lo negativo, cuando no pudieron resolver de forma expedita algún contratiempo que se presentara. Estas historias, sin darse cuenta, nos desalientan a seguir el proceso. Aunque esa no es su intención.

Debemos recordar, todos somos diferentes. Por lo que comprar vivienda es un proceso individual, por lo que no podemos generalizar por las vivencias de los demás.

No nos dejemos abrumar nuestras mentes, manteniendo las expectativas realistas durante nuestro proceso de búsqueda.   

El principal problema sobre la compra de vivienda es el dinero de la cuota inicial. Esto es lo que escuchamos todo el tiempo, más cuando tomamos la decisión de comprar vivienda.

Se nos dice, el mercado inmobiliario pide que se pague una cuota inicial del 30% del valor de la vivienda. Generándonos un miedo, donde realmente comprar vivienda es casi imposible, sin la ayuda del estado. ¡Necesitamos SUBSIDIOS!

Hay buenas noticias, “NO ES CIERTO”, por lo general podemos obtener la vivienda de nuestros sueños con una cuota inicial más baja. Logramos esto, al comprender los diferentes tipos de financiación que existen en el mercado para el sector inmobiliario.

Así, reunir el dinero de la cuota inicial es más fácil de lo imaginado, descubriendo que se dinero lo tenemos disponible constantemente.

La mayoría de nuestros padres han vivido crisis inmobiliarias, por lo que siempre nos aconsejaran que paguemos en el menor tiempo posible, nuestra vivienda. Aparece el pariente con su historia que esto no sirve, más tiempo más veces se paga la vivienda.

Por lo que nos aparece un temor, no definir cual es la mejor opción de tiempo para financiarnos. Olvidamos todas las matemáticas sobre intereses, no pensando que sucede con estos y el tiempo.

Para evitarlo, debemos analizar dos aspectos fundamentales. El primero, cuanto dinero nos sentimos cómodos pagando mensualmente, no afectando nuestro estilo de vida.

El segundo punto, es comprender el sistema de amortización que nos presentan en cada financiación. Observando en que momento del tiempo, los intereses son menores al aporte de capital. En esa línea de tiempo, es cuando debemos analizar, si cambiamos el valor de la cuota, para reducir el tiempo.

A los vendedores les encanta les encanta el pago en efectivo, en lugar que lidiar con los que tiempos del financiamiento y las políticas de la entidad. Pero no siempre el efectivo es el ganador.

Si antes de comprar, nos organizamos para todo el proceso, al momento de la elección de la vivienda, la presentación de la oferta, podemos ganar. Que es lo que realmente le interesa al vendedor, cuanto tiempo recibirá su dinero.

Es decir, no les importa si es en efectivo o con financiamiento, solo que puedan realizar su cierre rápido y sin complicaciones.

Creemos, comprar vivienda es una inversión segura, todos los años los precios de las viviendas suben, ya pasaron las crisis inmobiliarias, somos más cautos al invertir, por aplicar los consejos de nuestros conocidos, gurús, comprar el libro de moda.

La realidad es otra. Para que nuestra compra sea segura, nuestra elección debe estar relacionada a nuestro estilo de vida, proyección de esta a futuro. De esa manera tendremos presente factores decisivos que fueron encubiertos por nuestras emociones.

Esos factores pueden ser; distribución, espacios, ubicación, valorización, ventas en la zona, etc., los cuales nos permiten determinar si realmente vale la pena invertir en esa propiedad que nos llama la atención.

Romper con estos 5 mitos nos ayuda a enfocar mejor nuestra compra de vivienda, dejando la procrastinación la compra de vivienda, por el temor que nos puede llevar este sueño lleno de emociones.